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SOLUCIONES PARA EDIFICIOS

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— Calidad de alimentación

La red pública de alimentación eléctrica se ve afectada de una forma más o menos relevante por las perturbaciones procedentes de las redes de distribución y de las cargas suministradas por ellas, lo que puede dar lugar fácilmente a fallos y averías. En otras palabras, las características de la fuente de alimentación no siempre se corresponden con las características ideales esperadas.

La creciente difusión de componentes sensibles ha convertido progresivamente en críticos los niveles de calidad de la alimentación anteriormente aceptados. Más allá de las obligaciones contractuales conocidas que existen en la compra, desde el punto de vista de un usuario, se solicita que el producto de energía eléctrica incluya dos características fundamentales: debe tener una alta disponibilidad y no causar problemas de funcionamiento, degradación ni daños en las cargas suministradas. La calidad de la energía eléctrica que un usuario genérico considera necesaria para su actividad no es un concepto absoluto, sino que depende de la susceptibilidad de los usuarios a los fenómenos considerados (aspecto técnico) y de las consecuencias de las ineficiencias (aspecto económico) que resultan, por tanto, variables de un caso a otro. En general, la responsabilidad de satisfacer este requisito depende solo parcialmente de la empresa distribuidora.

La electricidad es, de hecho, un producto particular: quienes la compran nunca la utilizan como tal, sino que siempre se transforma y modifica. En términos generales, si se compara la energía eléctrica con otros productos de consumo, se puede afirmar que mientras la calidad de la mayoría de estos viene completamente determinada por el productor y su cadena de distribución, en el caso de la energía eléctrica la calidad del producto final viene determinada no solo por las figuras mencionadas, sino también por el consumidor final, o mejor dicho, por el usuario en el mismo momento en que la utiliza.

Además, lograr el mejor compromiso técnico-económico no siempre es fácil y debe evaluarse cuidadosamente.

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